Personas con sobrepeso, muletas y ancianos: las milicias con las que Maduro dice que enfrentará a EE.UU

En medio de la tensión con Washington, Nicolás Maduro asegura que Venezuela está lista para resistir cualquier intento de ataque norteamericano. ¿Cómo? Con sus “milicias populares”, una fuerza compuesta —según los videos difundidos por el propio régimen— por ancianos, mujeres con muletas, personas con evidente sobrepeso y ciudadanos que difícilmente podrían resistir un trote militar, pero que ahora visten de verde oliva y empuñan fusiles.
El contraste entre la amenaza de una flota estadounidense con submarinos nucleares y las imágenes de milicianos venezolanos marchando con dificultad no ha pasado desapercibido en las redes sociales, donde el asunto se convirtió rápidamente en objeto de bromas. Incluso Donald Trump se permitió ironizar en su red Truth Social:
“ULTRASECRETO: Hemos sorprendido a la milicia venezolana en entrenamiento. ¡Una amenaza muy seria!” escribió, acompañando un video de mujeres recibiendo instrucción entre risas de los vecinos.
La respuesta del chavismo fue, como mínimo, pintoresca. Maduro condecoró a las protagonistas del video como “soldadas de la patria”, mientras el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, tachó a Trump de “bufón” y acusó a EE.UU. de “menospreciar” la dignidad venezolana.

Según el régimen, más de 8 millones de ciudadanos se han enlistado en las milicias y se han creado más de 5.000 unidades comunales de entrenamiento. Sin embargo, expertos señalan que, más que una estrategia militar real, se trata de un mecanismo de control político: quienes dependen de ayudas estatales o beneficios sociales sienten la presión de enlistarse “voluntariamente”.
En los barrios más pobres —donde el chavismo siempre ha encontrado su base de apoyo— quedan los más vulnerables: jubilados, personas con limitaciones físicas y familias que temen perder el poco sustento que reciben del Estado. Ellos son, ahora, la “vanguardia” de defensa de la revolución.
Analistas advierten que lo que busca Maduro no es tanto enfrentar a EE.UU. en un hipotético campo de batalla (un escenario más digno de una película satírica que de la realidad militar), sino mostrar músculo político y elevar el costo simbólico de una eventual intervención.
Mientras tanto, EE.UU. despliega aviones F-35B en Puerto Rico y ensaya misiles intercontinentales Trident II. Maduro, en cambio, apuesta a que su ejército de abuelos y amas de casa con fusiles sirva de “escudo humano” y de propaganda.
La pregunta es inevitable: ¿serán estas milicias realmente un obstáculo frente a una potencia militar como Estados Unidos? O, como ya muchos se preguntan en redes sociales, ¿estamos ante la creación del ejército más insólito de América Latina?