Mujer abandona Al-Qaeda después de asistir a la iglesia

al-caeda
SIRIA. -En medio de los horrores de la guerra en Siria, Dios está haciendo milagros y transformando vidas. El hermano John, del ministerio “Voz de los Mártires”, compartió con algunas historias inspiradoras sobre personas que han abandonado sus antiguos hábitos para seguir a Jesús el Cristo.
Una de ellas es una mujer musulmana que fue combatiente de Al-Qaeda y sirvió como enfermera para auxiliar a militantes heridos del grupo islámico.
Ella asistió a una nueva iglesia abierta en Siria hasta que se animó a contar su historia al pastor.
“Vine [a la iglesia], escuché el Evangelio y conocí a Cristo. Tenía miedo de contar mi historia porque tenía miedo de que me denunciarán y fuese arrestada”, dijo que le contó la mujer al líder de la iglesia.
Hoy en día, ella reemplazó el fusil AK-47 por algo que garantiza la máxima protección: La Santa Biblia. El hermano John también compartió la historia de lo que ocurrió durante una visita que hizo a un trabajador en medio de una fiesta islámica. Al llegar a la tienda del cristiano, John señaló que recibió a un grupo de musulmanes que estaban celebrando la fecha sagrada.
John estaba orando para que el trabajador no compartiera el Evangelio con los musulmanes, por temor a que eso pudiese causar una respuesta violenta. Sin embargo, fue testigo de todo lo contrario: el hombre abrió la Biblia y habló de Cristo.
“Comenzó a ocurrir un debate con preguntas y respuestas, y él estaba respondiendo de forma estratégica. Un hombre enojado salió, y poco después el Señor comenzó a moverse”, cuenta John
“Una mujer se levantó y dijo: ‘Vi a Jesús en un sueño’ Luego otras mujeres interrumpieron la conversación y dijeron que también habían visto a Jesús. Así, en dos horas, empezamos a oír unas tres diferentes historias de personas que habían visto a Jesús… en sueños y visiones”, dijo.
Según John, los cristianos en Siria están arraigados en su fe a pesar de estar “literalmente, en peligro y persecución”. El cuestionó a uno de los pastores porque él y su familia se encuentran todavía en Alepo, a pesar de constantes amenazas de muerte.
El pastor respondió: “Si digo que Jesús es el ejemplo más grande y que Él murió por mí, estoy dispuesto a poner mi vida en peligro. Es claro que existe la muerte, pero también la bella imagen de la resurrección, de personas conociendo a Jesucristo. Es por eso que se mantienen dentro de Siria”.