noviembre 21, 2024

Li-Fi: la tecnología que busca destronar al Wi-Fi pero que todavía no lo consigue

El omnipresente Wi-Fi tiene un competidor con potencial para destronarlo. Se trata del Li-Fi, que propone usar la luz para el viaje de los datos y que presume una serie de beneficios en términos de velocidad, estabilidad y seguridad en la conexión. Amén de esas promesas y de haber sido presentada en 2011, esa tecnología no se afianzó.

Las siglas corresponden a “Light Fidelity”, referencia a la luz, fundamental en el sistema.
El término se usó por primera vez en una charla TED del año 2011. Por entonces, el profesor de la Universidad de Edimburgo, Haral Hass, explicó que la luz puede ser empleada para enviar datos en lugar de hacerlo con ondas de radio.
El Li-Fi promete ser más eficiente que el Wi-Fi, sufrir menos latencia y eludir intercepciones por parte de atacantes.
Se trata de tipo de conexión 100 veces más veloz que el 5G aunque es de corto alcance. Siendo que emplea la luz visible, estará limitada por los obstáculos que no la dejan pasar (las paredes, por ejemplo).
Se estima que el Li-Fi tendrá su estándar y que iniciará su despliegue gradual a partir del año 2023.

Su funcionamiento es inalámbrico, igual que el Wi-Fi. En el caso del Li-Fi, el secreto es alterar frecuencias de luz para establecer la conexión.

En la práctica, se emplean luces LED que parpadean a una velocidad imperceptible para el ojo humano, aunque identificable para un fotoreceptor que se conecta al dispositivo y se coloca en una parte a la que llegue la luz. La bombita, que cuenta con un codificador, se traduce en ceros y unos según si está apagada o encendida. En pruebas de laboratorio, se alcanzaron velocidades de 224 Gbps.

Cabe notar que con el Li-Fi no hay un punto de conexión genérico, tal como ocurre con el Wi-Fi. Para el uso de esta tecnología es preciso contar con luces repartidas en los diferentes puntos en los que se precise acceso a Internet. Así, cada punto Li-Fi se controla en forma independiente.

Las ventajas del Li-Fi
La interferencia es nula con otros dispositivos, ya que se usa la luz.
La ausencia de interferencias propicia su uso en sitios con problemas de conectividad, por ejemplo en aviones o submarinos. En rigor, actualmente se emplea el Li-Fi en ámbitos militares y en áreas comerciales específicas. También es especialmente provechoso en centros de salud, donde los pacientes y el personal no pueden estar expuestos a ondas de radio.
Un posible atacante no puede interceptar la conexión: debería estar en el mismo sitio en el que se encuentra su eventual víctima.
Los módulos que deben colocarse en los dispositivos con cada vez más pequeños. Por caso, caben en la muesca de la pantalla donde habitualmente se encuentra la cámara frontal de los teléfonos.


Las limitaciones del Li-Fi
Cada punto es de corto alcance, incluso por debajo de la llegada de una conexión Bluetooth. La idea es que se emplee en un rango de 4 o 5 metros.
La conexión se corta cuando no hay visión con el emisor. Por ejemplo, en la oscuridad plena. En los dispositivos que ahora funcionan con Li-Fi, incluso el cambio de ángulo o una mano que pasa sobre el fotoreceptor pueden generar diferencias en la calidad de la señal.
Tal como indicamos más arriba, para usar la tecnología Li-Fi es preciso contar con bombitas LED especiales y, además, accesorios con un fotoreceptor que deben colocarse en cada dispositivo para el que se desee conexión. En el futuro, es posible que los equipos lleguen desde fábrica con ese componente.
En este momento, los elementos necesarios para conectarse vía Li-Fi son costosos. Cabe señalar que esta es una desventaja que, naturalmente, se corregirá en caso de que la tecnología prospere y eventualmente se estandarice.