La semilla de Dios

Una semilla de Dios
Por Daniel Alejandro De Vaux: Dios en algún momento nos da sueños, esos que comenzamos a sentir en el corazón, desde metas, anhelos, deseos que van teniendo forma de lo que nos gustaría alcanzar y que pueden llegar a ser parte de un desafío en el cual sentimos la motivación de lo que él quiere que hagamos.
A veces sucede que tenemos la idea, al principio no muy clara o no sabemos darle una buena forma de como arrancar, si nos envuelve un gran entusiasmo que se une como un aliado para seguir, pero si nos contentamos solo con el entusiasmo y no avanzamos, vamos a notar el paso de un tiempo que pueden ser semanas, meses o años, sobre todo cuando nos demos cuenta de que nos estamos alejando del objetivo.
Un claro ejemplo que podemos contar es de José, hijo de Jacob conocido por no abandonar sus sueños, el también, así como nosotros recibió una semilla en el corazón de parte de Dios.
Tuvo un sueño, pero al despertar, la realidad que tuvo que enfrentar es como la que podemos estar viviendo y no le fue nada fácil, desde la envidia, odio de parte de sus hermanos, traición, injusticias, aun así, en medio del sufrimiento se mantuvo firme sosteniendo su esencia, sus valores, una forma de ser en el cual no la cambió y no la negocio bajo ninguna circunstancia.
«Atrévete a soñar en grande, porque los sueños son el comienzo de la realidad.»
Siguió confiando en ese sueño que recibió de parte del Señor, teniendo en cuenta que atravesó por muchas situaciones malas y muchos años que le fue fueron pasando que tranquilamente hubiera decidido abandonar, pero no lo hizo, lo que estuvo siempre en su corazón es lo que le permitió cada día de su vida esperar en confianza.
La motivación es tomarnos de este poderoso testimonio que nos anima a seguir dándole vida a ese sueño que fue plantado en vuestro corazón, que cada oportunidad sea llevado a la oración para seguir encontrando más detalles de lo que Dios nos pide y quiere que hagamos, es una oportunidad para seguir confiando mientras estamos en esa búsqueda, si estamos dando esos primeros pasos debemos seguir haciéndolo con excelencia para cuando llegue ese momento estemos preparado para un nuevo nivel y listo para ese propósito que tendrá una mejor dirección y acomodado con los detalles que el Señor respaldará para su gloria.
Se dice que después de cada tormenta sale el sol y eso lo vemos naturalmente.
Con la misma firmeza recuerda que, en cada tormenta que puedas estar atravesando esta Jesús para tomarte de la mano, así como lo hizo con Pedro está ahí observando y diciendo que sigas confiando, sosteniendo tu Fe y que no apartes tu mirada sobre la de él.
Ese sueño es para que sigas adelante, que no te detenga el miedo, lo desconocido, el qué dirán, solo escucha y obedece lo que está en tu corazón.
No pierdas tiempo en preocuparte, cuando menos te des cuenta la oportunidad y el tiempo correcto que lo va a determinar Dios, irás con todo su favor para alcanzar lo que primero se denominó como un sueño, luego cuando empezaste a entenderlo más, se transformó en un propósito por el cual fuiste llamado.