La cancha, el fútbol y las redes sociales como nuevas plataformas para predicar

Maravilla Martinez

En un mundo cada vez más conectado, el deporte y en particular el fútbol se han convertido en un puente inesperado pero poderoso para la transmisión de valores cristianos. Lo que antes sucedía únicamente en los templos o en reuniones presenciales, hoy también encuentra espacio en las redes sociales, donde deportistas, entrenadores y jóvenes creyentes comparten su fe a través del lenguaje universal del fútbol.

Especialistas en comunicación digital coinciden en que las plataformas sociales ofrecen una oportunidad única: la de llegar a públicos que quizás nunca pisarían una iglesia, pero que sí siguen a sus ídolos deportivos o consumen contenidos vinculados al deporte más popular del planeta.

“Predicar no siempre requiere un púlpito; a veces basta un balón y un testimonio auténtico en redes”, comentó un líder juvenil durante un reciente encuentro cristiano en Buenos Aires. Allí se destacó cómo pequeños videos, reflexiones inspiradas en partidos e incluso transmisiones en vivo desde canchas barriales se están convirtiendo en herramientas efectivas de evangelización.

El fenómeno no se limita a figuras de renombre. Cada vez más jóvenes comparten en TikTok o Instagram mensajes bíblicos relacionados con la superación, el trabajo en equipo y la perseverancia, principios que encuentran eco en la práctica deportiva.

Adrián “Maravilla” Martínez: del dolor a la fe, de la cárcel a la gloria con Racing

El delantero de Racing Club, Adrián “Maravilla” Martínez, se ha convertido no solo en una figura clave del fútbol argentino, sino también en un testimonio vivo de fe y superación. A los 32 años, el goleador que levantó la Copa Sudamericana 2024 y la Recopa 2025, reconoce que su vida cambió radicalmente cuando conoció a Jesucristo durante los siete meses que estuvo preso injustamente en su juventud.

Antes de llegar a la élite, Martínez trabajó como albañil, recolector de basura y repartidor, además de sufrir un grave accidente en moto. Sin embargo, tras recuperar la libertad, retomó el fútbol y su carrera lo llevó desde clubes modestos como Defensores Unidos hasta equipos internacionales en Paraguay y Brasil, hasta convertirse en referente de ataque en Racing, que pagó dos millones de dólares por su pase en 2024.

Aunque su apodo no lo convence, el propio jugador admite que “lo que Dios hizo conmigo fue una maravilla”, reconociendo que su presente futbolístico es fruto de un milagro. Hoy, Martínez combina los goles y el cariño de la hinchada con una intensa labor social junto a su esposa Anabella, visitando cárceles, escuelas e iglesias en Campana, siempre con un mismo mensaje: “El evangelio de Dios cambia y transforma vidas”.

Dios es mi roca. Cuando entro a la cancha sé que me va a proteger”, afirmó en una reciente entrevista, dejando claro que su fe lo acompaña tanto dentro como fuera de la cancha.