La Actitud: ¿Tigre o liebre?
Por Mariano Frattini: Cuando me dispuse a escribir esta columna tuve un interesante problema… Sabía exactamente que quería decir, pero no sabía cómo hacerlo.
Los Cuentitos del Tio Mariano
Mi cabeza era un verdadero desorden de ideas y no tuve más opción que empezar a organizarme. Sabía que mi tema era “La Actitud”, y eso lo tenía claro, pero lo que me ayudó a clarificarme aún más fue una historia que recordé:
Había una vez un joven que se encontraba muy decepcionado. Su amargura absoluta era por la forma tan inhumana en que se comportaban todas las personas, al parecer, ya a nadie le importaba nadie. Un día dando un paseo por el monte, vio sorprendido que una pequeña liebre le llevaba comida a un enorme tigre malherido, el cual no podía valerse por sí mismo. Le impresionó tanto al ver este hecho, que regresó al siguiente día para ver si el comportamiento de la liebre era casual o habitual. Con enorme sorpresa pudo comprobar que la escena se repetía: la liebre dejaba un buen trozo de carne cerca del tigre. Pasaron los días y la escena se repitió de un modo idéntico, hasta que el tigre recuperó las fuerzas y pudo buscar la comida por su propia cuenta.
Admirado por la solidaridad y cooperación entre los animales, se dijo: – «no todo está perdido. Si los animales, que son inferiores a nosotros, son capaces de ayudarse de este modo, mucho más lo haremos las personas«. Y decidió hacer la experiencia: Se tiró al suelo, simulando que estaba herido, y se puso a esperar que pasara alguien y le ayudara. Pasaron las horas, llegó la noche y nadie se acercó en su ayuda. Estuvo así durante todo el otro día, y ya se iba a levantar, mucho más decepcionado que cuando comenzamos esta historia, con la convicción de que la humanidad no tenía el menor remedio, sintió dentro de sí todo el desespero del hambriento, la soledad del enfermo, la tristeza del abandono, su corazón estaba devastado, sí casi no sentía deseo de levantarse, entonces allí, en ese instante, lo oyó…
¡Con qué claridad, qué hermoso!, una hermosa voz, muy dentro de él le dijo: – » si quieres encontrar a tus semejantes, si quieres sentir que todo ha valido la pena, si quieres seguir creyendo en la humanidad, para encontrar a tus semejantes como hermanos, deja de hacer de tigre y simplemente sé la liebre».
¿Te pusiste a pensar las veces que en la vida asumimos la actitud equivocada? No solo con los que nos rodean o con nosotros mismos, peor aún, con Dios!!!
¿Como es tu ACTITUD en medios del caos?
Siempre esperamos lo mejor de Él porque en el fondo sabemos que lo que el Señor hace lo realiza impulsado por el enorme amor que nos tiene. Pero… (Y aquí te propongo darle rienda suelta a la imaginación) ¿si por tan solo 24 horas Dios nos diera de probar nuestra propia medicina y asumiera la actitud que muchas veces vos y yo asumimos???
Lavarse las manos, desinteresarse, esperar cómodamente sentados mientras los otros hacen la tarea, etc…
¡¡¡No, imposible!!! Ni siquiera en la más irreal imaginación Dios actuaría así!!!
Si soñas con un mundo distinto, entonces que tu actitud sea la que comience el proceso de transformación.
Si anhelas una sociedad diferente, deja de hacer las cosas a media máquina y ponete las pilas para generar una verdadera revolución.
Si, revolución dije! Una revolución impulsada por gente que asume el desafío permanentemente, que no se conforma con lo mínimo porque sabe que puede dar lo máximo. Una transformación tan radical que cambie y trastorne todos los parámetros que hoy la sociedad ha aceptado como normales e imponga nuevos límites, nuevas fronteras.
Me dirás: “Pobre iluso, no son más que sueños, es una utopía…” Sin embargo, yo todavía me animo a creer en gente que, inspirada en Jesucristo, asuma el desafío de marcar la diferencia. Es esa clase de gente que decide vivir la vida teniendo siempre la actitud correcta, aunque para el resto de las personas suene raro y hasta anormal; y estoy seguro que vos estás dentro del primer grupo.
Recuerda: Tener la actitud correcta implica realizar un doble esfuerzo, es arriesgarse al límite, es asumir riesgos, es ser tildado de loco e ir en contra de la corriente, pero sí que vale la pena.
Entonces… ¿Estás dispuesto a dejar de ser tigre para convertirte en liebre???
