¿Qué es la terapia genética de Harvard? Promete rejuvenecer y prolongar la vida a 150 años

Felices ¿For ever? / Fuente: Freepik
Un equipo de científicos de Harvard trabaja en un descubrimiento que podría cambiar la forma en que entendemos el envejecimiento. Bajo la dirección del genetista David Sinclair, los investigadores han logrado revertir el desgaste celular en animales, lo que abre la puerta a una nueva era: no solo vivir más, sino vivir con salud y vitalidad durante más tiempo.
Algunos expertos incluso aseguran que la primera persona que llegará a los 150 años podría estar viva hoy.
El científico detrás del avance
David A. Sinclair, profesor de genética en la Facultad de Medicina de Harvard, es una de las voces más influyentes en la investigación de la longevidad. Desde hace más de dos décadas estudia cómo envejecen nuestras células y cómo es posible restaurar su vitalidad.
Su trabajo se centra en la reprogramación epigenética, un proceso que no cambia el ADN, sino que “enciende” o “apaga” genes específicos para que las células vuelvan a funcionar como cuando éramos jóvenes.
Resultados y próximos pasos
Hasta ahora, los ensayos en ratones y monos han demostrado rejuvenecimiento celular, mejor movilidad y reducción de signos de envejecimiento. El siguiente paso será probar en humanos, comenzando en enero con enfermedades oculares como el glaucoma.
El tratamiento experimental contempla una inyección ocular acompañada de un antibiótico que activa genes vinculados a la juventud celular. Si los resultados son positivos, la terapia podría expandirse a enfermedades como el Alzheimer o la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

¿Un futuro de 150 años?
Más allá de la promesa tecnológica, Harvard ha demostrado en múltiples estudios que la longevidad también depende de hábitos simples: una alimentación balanceada, actividad física, buen descanso, vínculos sociales y control del estrés. Estos factores, junto a los avances científicos, dibujan un futuro donde la vejez ya no sería sinónimo de enfermedad y dependencia.
Desafíos y preguntas abiertas
Aunque la terapia genética entusiasma, todavía enfrenta grandes retos: la financiación, la regulación y, sobre todo, la equidad en el acceso. ¿Será un tratamiento disponible para todos o solo para quienes puedan pagarlo?
El impacto social también es profundo: si la vida se prolonga de forma saludable, cambiarían la economía, la medicina y hasta la forma en que concebimos las distintas etapas de la vida.
Una reflexión desde la fe
La ciencia avanza a pasos sorprendentes, y cada nuevo descubrimiento refleja la capacidad de la inteligencia humana que Dios nos regaló. Pero también nos recuerda que, aunque podamos prolongar la vida, la verdadera plenitud no se mide en años, sino en el propósito con que los vivimos.
Como dice la Escritura: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” (Salmo 90:12).
Más allá de los años que logremos alcanzar, el llamado sigue siendo el mismo: cuidar nuestro cuerpo como templo del Espíritu Santo y vivir con esperanza, sabiendo que la vida eterna en Cristo es el verdadero regalo que no tiene fin.
Fuente: La NACIÓN