Lauren Daigle reacciona al asesinato de Charlie Kirk con un llamado urgente a la oración, el ayuno y a “vestir la armadura de Dios”

Lauren Daigle/ Fuente foxnews
El mundo cristiano quedó sacudido tras el violento asesinato de Charlie Kirk, y la reconocida cantante Lauren Daigle rompió el silencio con un mensaje que combina dolor, reflexión y esperanza en medio de la tragedia.
Conocida por himnos como “You Say”, Daigle no dudó en señalar la gravedad del momento: “Es horroroso que nuestro país esté tan polarizado que creamos que matar de forma despiadada a alguien es más importante que resolver los desacuerdos. ¿Qué somos como sociedad? ¿Esta barbarie es por lo que peleaban nuestros antepasados?”
Más allá de la política, la artista apuntó a la raíz espiritual de la crisis: “No es partido contra partido. Es una lucha espiritual. Bien contra mal. Luz contra oscuridad”, citando Efesios 6:12. Y añadió con firmeza: “Ya es hora de vestir la armadura de Dios y sumergirse en la Escritura. Recuerda que Dios es soberano y que vencerá el mal con el bien”.
Daigle confesó que la noticia la estremeció profundamente: “Me rompió el corazón y me llenó de ansiedad conocer su asesinato. Estoy en shock de que hayamos rebajado la vida humana a si nos ofende o discrepamos con ella”. Sus palabras resonaron aún más al denunciar la frialdad con la que algunos celebraron la tragedia en redes sociales, cuestionando: “¿Qué sociedad somos sin gracia?”
El llamado de Daigle fue claro: no confiar en soluciones humanas ni en celebridades, sino en Dios mismo. “Unámonos en oración, en ayuno y en la Palabra. Ahí está la respuesta”, declaró, instando a los creyentes a responder al odio con la fuerza de la fe activa.
La muerte de Charlie Kirk no solo reabre el debate sobre violencia e intolerancia en Estados Unidos, sino que pone en primer plano la urgencia de recuperar la compasión y la esperanza en medio del caos. En palabras de Daigle, el camino está trazado: aferrarse a la gracia y levantar la armadura de Dios frente a la oscuridad.
👉 Una noticia que estremece, pero también enciende una pregunta clave: ¿responderemos con más odio… o nos levantaremos como una generación de fe y esperanza en Jesús?